EL CURA DEL PUEBLO

Cada vez que nos vemos, el cura del pueblo me agrada mucho más, casi a diario nos tropezamos y siempre me para para charlar conmigo y preguntarme por mi salud. Me enseñó fotos de discapacitados, pues es muy solidario con ellos y me trata con mucho cariño y comprensión. Nos vamos conociendo y se que me ha tenido observada durante mucho tiempo, por todo lo que percibe de mi y lo bien que nos entendemos hablando. Estoy segura de que conoce mi cruz, aunque como sacerdote no me dice nada, pero se ha dado cuenta de mi profundidad y de mi espiritualidad aunque no pise su iglesia. Personalmente lo encuentro muy majo y si habla como dicen de política en sus homilías, me importa un pito, pues valoro el corazón y lo encuentro humano y buena persona, a pesar de sus seguidoras, que la mayoría son las chismosas que salen y lo matan con sus lenguas, tanto a él como a mi o a quien se presente, pero ahora soy yo la protagonista principal.

Le dije que me iba a ir del pueblo y me contestó: ¿a donde vas a irte con lo bien que estás aquí?, pero cuando le expliqué el motivo, lo entendió. Mucha de la buena gente me quiere convencer, para que me quede, pero mi decisión es firme y velo por mi salud, que se ve muy afectada en el interior de este volcán, en donde me han quemado viva y no podrán cicacitrar mis heridas tan graves, si no salgo de este oscuro agujero, que sigue con la lava del infierno, haciéndome daño sin parar.

Mi lucha por conseguir salir de aquí comenzó y se inició con mi documentación enviada, que ha sido tomada con un interés muy grande, debido a los informes aportados. No quiero estar aquí, no quiero ver el pasado continuamente, no deseo que mi cerebro se llene de recuerdos, que me producen escalofríos y atacan a mi estómago y a mi pecho con una ansiedad tremenda y me provocan las lágrimas del daño tan intenso que me han hecho, con las barbaridades, brutalidades, agresiones, etc,etc,et,etc,....

Cada noche, de madrugada, cuando me despierto entre el frío que ya hace y mi soledad, solamente en cuanto abro los ojos, pienso: ¡Falta un día menos de agonía! y así, casi sin salir más que lo justo por mis pequeños, me voy manteniendo, para salir disparada llegado el momento.

Por amor me voy a la isla más solitaria, pero no soy de pueblo y aquí no he tenido nada, solo miserias, traiciones y ser maltratada, para abandonarme tirada en otro infierno, en donde atentaban contra mi vida una y otra vez, por eso me voy al lugar donde me corresponde estar, pues no se puede comparar un capital acogedora, con un cementerio, que tiene muertos vivientes deseando arrancarte el cuello, para divertirse y volver a sus tumbas por las noches.

Mi lucha sigue y seguirá hasta alcanzar lo que me merezco, nadie me quita el gran tesoro que he guardado en mi interior, para irme como si fuera una delicuente, por eso, no importa el tiempo, ni el lugar ni nada, pues cuando todo llegue, volveré para recibir mi recompensa y partir hacia mi otro sol y sombra en donde respiraré algo de paz y encontrarme con el gran amor que me merezco, verdadero y real para mi vida, que será sincero, tierno y diferente, que me abrirá todo su ser sin recelos ni maldades, y que estoy segura de que existirá para mi, y alcanzaré junto a ella, ese enamoramiento mutuo, para caminar juntas por la vida, hasta que se quede pausado nuestro amor por la muerte; y continuarlo en el paraíso de la verdad y de la alegría eterna.