CUANDO DIOS ME CIERRA UNA PUERTA, ME ABRE CON EL TIEMPO, LA DE UN PALACIO

Hoy estaba muy triste, pues mi auxiliar termina mañana, ya que regresa mi titular y estaba llorando, porque se ha desvivido conmigo durante meses y la quiero mucho, pero mientras me preparaba la comida y boniatos, he recibido una llamada maravillosa y nos hemos dado un abrazo, de la luz que se me ha encendido y de la esperanza de la que me he llenado, cuando me han dado unas noticias muy importantes. Ahora voy a luchar, para ponerme mejor y con mi forma de ser; sin prisas, con prudencia, con mi profundidad y con mi sociabilidad, el día que me vaya, haré amigas y volveré a un mundo diferente en donde me corresponde estar; y con el tiempo, seguro que mi sueño se hará realidad. Mi amiga vendrá a visitarme y lo pasaremos guay, pero sobre todo, hay mucha gratitud en mi corazón, porque la humildad hace maravillas y ahora solo tengo que esperar.

La semana que viene nos vamos por ahí, pues es su cumpleaños, también salimos con nuestros pequeños y con ella me siento muy segura y protegida; tiene una personalidad enorme y mucha valentía, es fuerte como un roble y corre maratones, me arregla divinamente, me cuida y me mima, me hace comidas estupendas, me limpia todo como un sol y nunca me ha dejado invitarla a nada, excepto una vez y a base de riñas. En la vida, me ha dado el demonio que tenía de pareja tanto, y encima, me sacaba lo que le daba la gana; jamás me trató en la enfermedad como a un ser humano, y su agresividad, su promiscuidad, su violencia y maldades, la llevaron a tirarme como a un perro, aunque mejor que me haya pasado a tiempo y que no hubiera salido con los pies por delante, de aquella maldita casa, porque me hubiera acabado suicidando de la inquisición en la que me hizo vivir y de la forma en que me trataba y me dejaba abandonada. 

Siento no poder compartir la noticia que he recibido, pero por si tengo espías debo ser prudente, por lo que más adelante, quizás ya pueda deciros lo que es.